Una de las características más destacables del fútbol de muchos países, entre ellos España, es que la mayoría de los jugadores intentan sacar ventaja “extrafutbolística” tratando de impresionar al árbitro cuando se recibe una falta. Gritar y cogerse la pierna con sus manos como si se la hubiesen amputado en ese preciso instante, cuando tan sólo lo han rozado, puede hacer que un árbitro castigue al infractor de manera injusta y cambiar el curso del partido. Claro que la culpa será siempre del árbitro, desde el punto de vista de la grada y también para la prensa, pero pocos hablarán de que su error viene provocado por una acción de simulación.
Aquí asoma aquello de pedir Fair Play pero sólo si es a mi favor! Lo cierto es que un jugador que engaña y gana que le piten penalti o, logra expulsar a un jugador producto de una simulación, es visto como un héroe por sus compañeros y como una “mala persona” por el rival. Pero curiosamente no le cargarán las tintas al “actor” sino al árbitro, a quien la grada, los jugadores y la prensa enjuiciarán.
Pero más que nada es una cuestión de cultura del deporte. Si dos equipos españoles juegan entre si, ambos saben que este aspecto del fútbol esta presente y forma parte de sus repertorios. Engañar o ser victima de engaño es parte del juego, y cada equipo tiene sus jugadores mas propensos a intentar engañar, y otros que son más legales. Los “actores” son más fáciles de recordar que los legales, porque seguramente le habrán jugado alguna de las suyas a su equipo. Por ejemplo Capel, Dani Alves, etc., son de los más destacados. Es cierto que reciben muchas faltas, pero de ahí a que parezca que le han disparado en una pierna hay un paso bastante grande. Además, casi siempre miran al árbitro desde el suelo para comprobar lo buena que resulta su actuación. Esta temporada Marchena logró con su actuación dejar al Málaga con uno menos al ser expulsado el jugador Eliseu. En la jugada Eliseu se le acerca y Marchena cae al suelo como si le hubiesen pegado con un bate en la cara. El árbitro pica y expulsa. Y que pasó? De Marchena nadie habló, pero al árbitro lo taparon de caca en la prensa.
Por el lado de los legales podría poner a Xavi Hernandez, Xavi Alonso, Forlán, y todos los que ustedes crean. Los que tengan mejor memoria aquí tienen una oportunidad de aplicarse, pero son pocos los jugadores que sólo se quedan en el suelo si realmente les duele.
Pero no en todas las ligas pasa lo mismo, quien ve la liga inglesa o alemana notará que son muchos menos los “heridos de pacotilla”. El fútbol se comprende como un deporte jugado entre hombres con todo lo que ello significa, y está muy mal visto todo lo referido a la sobreactuación de las faltas recibidas. Un jugador con tendencia a la actuación lograría que todos lo viesen muy mal, e incluso la prensa cargaría las tintas contra él. Por decirlo de alguna manera, sería visto como un jugador que no juega como un hombre.
Jugadores que vienen de estas ligas al fútbol español, siempre terminan alucinando con las actitudes que se ven por estos lados. Claro que esto no lo puede decir aquel jugador de la liga inglesa que fichó el Madrid hace un tiempo, un tal Gravesen… Este cuando la daba no dejaba dudas, lo mataba al rival sin posibilidad de actuación!!
Sigue en Consecuencias de la simulación del dolor.
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