La educación en la base del Fútbol.
En estas últimas semanas se han venido sucediendo hechos de violencia en los campos de fútbol de la zona. Agresiones a árbitros, entre jugadores… todos ellos tan repudiables por igual. El hecho de que se golpee a un árbitro no es más importante que el que se golpee a un rival, sigue siendo una agresión a otra persona aunque lleve una ropa diferente. Solo que cuando se golpea a un árbitro se genera ese sentimiento de haber agredido a la autoridad del campo, y quizás por eso tenga más repercusión que otras agresiones.
El caso es que una vez llegado a ese punto, el agresor suele buscar justificaciones de algo que nunca puede tenerlas. Que ha sido un pronto; que fue un calentón del momento; no se lo que ha pasado, etc. En fin, se trata de justificar diciendo que lo ha hecho “sin pensar”. Cuando en realidad quiere decir que lo ha hecho sin pensar en las consecuencias futuras; porque en el momento de dar un golpe si que sabemos como hacerlo verdad? Puesto así, yo jamás justificaría una acción de este tipo como algo inconsciente, por lo tanto buscaría que el castigo a estas acciones sea ejemplar. Porque tiene que serlo, tanto para el agresor como para todos los que conozcan lo que ha pasado.
La educación es lo que separa la pasión de la acción. El ser de una manera u otra no es más que el producto de nuestros aprendizajes en la vida. Si bien la predisposición genética es importante, la educación que recibamos desde pequeños y nuestras experiencias van moldeando nuestra manera de ser. Por eso todos reaccionamos de manera diferente a diferentes situaciones. Los castigos ejemplares pueden ser algo que contenga las pasiones de algunos, pero en todo caso nunca solucionará el problema de fondo que es el de la educación en el ámbito del fútbol. Esto llevará tiempo pero hay que empezar alguna vez. Padres, entrenadores y árbitros son los que moldean es concepto del JUEGO DEL FUTBOL en el niño que luego se convertirá en adulto, sea este jugador o público de un partido.
Generalmente se premia al niño por ganar o por lograr un objetivo, cosa que me parece perfecto y que es una manera de decirle que estamos orgullosos de él. Pero que hacemos cuando el niño pierde? Esto es casi tan importante como cuando gana. Todas las derrotas tienen valor si somos capaces de demostrarlo y ahí esta el germen de la competencia desmedida. Si solo reforzamos lo importante que es ganar, estaremos diciéndole al niño que es lo único que importa. Además, hay siempre más que aprender de las derrotas que de las victorias. Pararse a pensar en la derrota es lo que realmente nos hace mejorar y aprender. Corregir errores tanto individuales como grupales, ayudarán en el futuro a ser mejores. Enseñar por ejemplo, a un portero a controlar un balón y que luego éste lo demuestre en el campo, llenará de satisfacción tanto al niño como al maestro. Esta es además una buena oportunidad para demostrar que los resultados sólo son posibles si hay compromiso en el trabajo. Michael Jordan decía: “Hay que concentrarse en el trabajo y no en los resultados” Pensar en el resultado hace desviar la atención de lo que se necesita para ello, el trabajo. El resultado es entonces una consecuencia.
En resumen, con la debida EDUCACIÓN en el DEPORTE, y en este caso en el fútbol, podremos evitar en el futuro la violencia. De momento las medidas que podamos tomar son las de las SANCIONES, y ser concientes de la responsabilidad que tenemos todos. Padres, entrenadores, monitores, árbitros, comité sancionador, jugadores, medios de comunicación, todos tienen su responsabilidad.
Por último, alguien les ha dicho a los niños lo que significa darle la mano al rival cuando termina el partido? O sólo hay que darle la mano y ya esta. He visto muchos chavales dándole la mano al perdedor porque el entrenador lo dice; o peor, con ánimo de burla. Atención a estas actitudes!
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